La forma del diseño por Frank Chimero


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Introducción

¿Cuál es un buen indicador de buen diseño? El movimiento. La historia de una exitosa pieza de diseño empieza con el movimiento de su creador mientras se está haciendo, y se amplifica con su publicación, moviendo la obra hacia fuera. Continúa entonces en la sensación que la obra causa en la audiencia cuando la ven, usan, or contribuyen a la misma, lo cual intensifica esta sensación según la audiencia lo va pasando a otros. El diseño gana valor al cambiar de mano, de contexto o de necesidad. Si todo este movimiento armoniza, la obra gana vida propia, y se vuelve una experiencia compartida que mejora la vida y acerca al mundo a su mayor potencial.

El diseñador está encargado de organizar y dirigir este movimiento libremente. Ella es la quien trabaja para asegurar que el movimiento está apuntando en la dirección que nos lleva al futuro deseado. Marshall McLuhan dijo que, “miramos al presente a través de un retrovisor” y que “marchamos para atrás hacia el futuro”. La inventiva es nuestra lente para imaginar lo que es posible, y el diseño es el camino que seguimos para conseguirlo. Pero la visión de McLuhan tiene una pega, porque marchar no es manera de ir al futuro. Es demasiado metódico y restringido. A menudo, el mundo subvierte nuestros mejores planes, por lo que nuestros caminos piden un acercamiento más desordenado, bruto y sensible. La luz y diversión derivadas de la creatividad sugieren que bailemos.

Para bailar hace falta música, y cada uno tiene su canción. Estas canciones son la culminación de nuestras disposiciones individuales. Es un producto de nuestras líneas de trabajo, y una demostración de la lente que usamos para ver el mundo. La primera composición de este libro trata sobre estos movimientos internos. Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio tema, y si sabemos escucharnos, la canción que suena está compuesta de las preguntas que preguntamos mientras trabajamos, los métodos que elegimos adaptar, los cuales nos obligan a hacer cosas, y sentirnos obligados a hacerlo en una manera específica para nosotros.

La segunda parte de este libro analiza el medio del diseño: el context cultural del trabajo que creamos, las partes involucradas en el proceso, las relaciones entre estos grupos y los resultados inesperados de los esfuerzos del diseñador. El diseño tiende a vivir entre cosas que lo conectan, así que analiza esto en detalle para encontrar patrones. Mira el peso del valor de la ficción, la mutabilidad de los artefactos y la mutiplicidad de las respuestas disponibles en el diseño. El propósito de todos estos encargos es mirar al espacio alrededor del diseño para identificar las partes móviles, de modo que uno pueda empezar a pensar cómo influir este movimiento y responder en consecuencia al cambio de las cosas.

La última parte de este libro se centra en la primacía de la audiencia en el diseño. Evalúa los métodos para crear conexiones más significativas con ellos para desbloquear la gran oportunidad de esta disposición fortuita. ¿Qué se puede conseguir si hablamos honestamente con la audiencia de nuestra obra? Quizá esto cambie las exitosas métricas del diseño para usar cualidades más suaves y significativas, como entusiasmo, compromiso y resonancia. Remarcar la práctica como algo más que comercio y solución de problemas nos permite centrarnos en temas fundamentales como utilidad. Requiere que alcemos preguntas simples pero difíciles sobre nuestro trabajo, como: “¿Nos ayuda esto a vivir bien?”

La forma del diseño es un mapa del camino donde bailamos en vez de un plano del mismo. Se esfuerza en investigar las oportunidades de explorar el terreno, y valora dar un paso atrás en cuanto a las preocupaciones diarias de diseñar. Intenta imponer una distancia significativa para encontrar patrones en el trabajo y evalúa la práctica como entero. Uno puede observar, desde esta distancia, dos cosas muy fundamentales del diseño muy fáciles de perder en la niebla de todo este movimiento.

Primero, el diseño es imaginar un futuro y trabajar para alcanzarlo con inteligencia y astucia. Usamos diseño para estrechar el hueco entre la situación en la que estamos y la que deseamos estar. Segundo, el diseño es una práctica basada en el hacer cosas para otras personas. Todos estamos juntos en el camino. Estas dos cosas dictan nuestra relación con el mundo y nuestro lazo con los demás. Forman las bases de la práctica del diseño, donde el diseño debe revolverse entre estas verdades.

La práctica es, simplemente, una manera de pensar y moverse que usamos para mejorar la vida. Está disponible para cualquiera. Escuchamos nuestra canción, vemos cómo se mueven las cosas, imaginamos su organización y entonces actuamos. Bailamos juntos marcha atrás hacia el futuro, dando y tomando influencia, formando y siendo formados. Este es el baile de la eternidad, y la forma del diseño. Espero verte cantando en el camino.

Continuar en Capítulo 1