La forma del diseño por Frank Chimero


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Prólogo
Liz Danzico

Frank Chimero y yo nos encontramos por un compromiso compartido por el jazz. Pero no sólo intercambiamos opiniones sobre música. Emulábamos la forma. Él escribía un artículo. Yo respondería. Yo improviaría una de sus corazonadas. Él comentaría uno de mis artículos. Un tira y afloja que desarrollaba una amistad.

Escribimos así uno con el otro sin habernos conocido o haber hablado directamente – como muchos de nosotros: nunca conocemos la gente que admiramos desde la distancia. Leemos sus historias. Vemos sus videos. Inspeccionamos su trabajo. Nos inventamos los espacios en blanco. Improvisamos. Las historias de Frank se volvieron las mías, nuestras historias. Este libro es, en parte, sobre crear cosas a partir de historias, y usarlas para ayudarnos a vivir bien.

Sin previo aviso, un correo de Frank apareció en mi bandeja de entrada, presentándose:

¿Sabes que me encanta del jazz y la improvisación? Es todo proceso. 100%. Su esencia está en el proceso, cada vez distinto, y tú tomas parte en él, tienes que visitar un lugar para verlo en proceso. Toda sala de jazz o teatro de comedia improvisada es un templo al proceso de producción. Es una fábrica, y el arte está en el montaje, no en el producto. Jazz es más verbo que nombre. En un mundo enredado con un sentimiento de inercia, quiero encontrar un verbo y quedarme con él de por vida.

Mi conversación con Frank comenzó a dibujar una linea entre los sistemas adyacentes del mundo y nuestro propio proceso de diseño. Jazz. Herramientas. Arte. Pizza. Di un nombre, y Frank trazará su forma hasta llegar a algo más atractivo. ¡Un verbo! El proceso adyacente.

Descifrar y diseñar estos sistemas es un duro trabajo. Bien hecho solo se consigue "tarde, difícil y a lo tonto" como Frank dirá en las siguientes páginas, confirmando la diferencia entre eficiencia y el esfuerzo extra que nos obliga a hacer cosas con orgullo y compasión. Nuestro proceso variará, pero las herramientas que nos da Frank para ello son constancia y persistencia.

De ese modo, este libro no es diferente de una tarea y plataforma más ubicua, como el Sistema de Autopistas Interestatales de EEUU. Hoy, en mayoría, lo damos por sentado, pero su sistema de numeración tuvo que ser diseñado en algún momento. En el tiempo en que los postes telefónicos eran paralelos a carreteras de tierra, el empleado Edwin W. James y el comité de la Comisión de Carreteras Públicas fueron encargados con la creación de un sistema más escalable dado el crecimiento en el número de carreteras en 1920. Ellos diseñaron lo que how conocemos como el Sistema de Numeración Interestatal. Antes de eso, la gente usaba códigos de colores como dirección. Postes telefónicos anillados con bandas de colores trazaban autopistas, correspondiendo a carreteras de tierra individuales en todo el país. Según aumentaban las carreteras, los postes se iban pintando, acabando pintados de arriba a abajo, a veces más de cuatro metros de altura, así que tratar de distinguir los colores se volvió algo peligroso.

E. W. James cambió esto. Deicidió que los motoristas serían capaces de darse cuenta de dónde estaban en cualquier momento por la intersección de dos autopistas. Las autopistas norte/sur estarían numeradas con números impares; este/oeste con pares; y los números crecerían con la intersección de dos autopistas cualquiera, por lo que los números crecerían según vas al este o al norte. El Sistema de Numeración Interestatal fue diseñado para la expansión, anticipando las futuras contribuciones de gente, ciudades o cualquier cosa inesperada. Es una herramienta. Es una plataforma. Y ahora, 100 años más tarde, aún no está acabada.

Si tu intención es usar este libro como una herramienta, siéntete libre de dejarlo en cualquier momento. Encontrarás tu camino de vuelta ya que la intersección entra dos puntos te servirá de guía. Una vez allí, da la vuelta. Después de todo, este es el objetivo de cualquier carretera o sistema: llevarte al destino cuando lo necesites. O también, condiera el libreo una plataforma y una crítica musical: responde a un pasaje, a un capítulo. Considera la llamada de Frank tu oportunidad para responder, y cada frase tu oportunidad para crear. Ese es el motivo por el que fueron escritas.

Tengo el honor de decir que desde ese primer email, he recibido mucho correo de Frank. Luego:

Veo una plataforma y me dice dos cosas: primero, las contribuciones de otra gente son importantes. Segundo, el mundo no está acabado. Wow. Si quieres creer en algo, es esto.

Empieza a improvisar.

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